Campaña electoral anticipada
Los partidos políticos funcionan de forma casi permanente a través de acciones de carácter proselitista; entre mítines, asambleas, y demás actividades que pretenden conseguir adherentes a la causa. Sin embargo, pareciera ser que las actividades más valoradas por los mismos partidos son aquellas relacionadas con la propaganda y campaña política, debido a que se encuentra en juego la redistribución del poder político (Lauga & García, 2007). De ahí que a veces los mismos partidos puedan llegar a correr el riesgo de transgredir esa delgada línea entre el proselitismo y la propaganda política; no permitida de manera extemporánea a la campaña electoral.
Las distintas actividades que se emprenden con la intención de influir en las preferencias políticas de los ciudadanos para inclinarse por futuras opciones políticas, fuera del plazo establecido por la legislación electoral, es lo que se cataloga como campaña electoral anticipada. Los plazos permitidos para realizar campaña o propaganda electoral varían según los distintos países; en algunos inicia al realizarse la convocatoria oficial a las elecciones mientras que en otros se permite únicamente durante una temporalidad definida explícitamente por la ley electoral. En cualquier caso, todo tipo de campaña electoral anticipada se encuentra prohibida y debe ser sancionada por la autoridad electoral pertinente, en aras de garantizar la equidad e igualdad de oportunidades para los distintos partidos y candidatos en los comicios electorales (IIDH, 2017).