Estudio de caso: Los partidos políticos en Guatemala
En Guatemala, los partidos políticos enfrentan desafíos en su estructura y funcionamiento. Son centralizados y poco institucionalizados, lo que significa que el Comité Ejecutivo Nacional (CEN) tiene un gran control sobre la creación del partido, la inscripción local y las candidaturas. Esto tiende a crear estructuras paralelas, lideradas por secretarios municipales y departamentales, que operan de manera independiente durante las elecciones. Esta estructura se asemeja a un modelo de "partidos franquicia" que combina un enfoque electoral con una alta centralización en la toma de decisiones.
En este sistema, los CEN ceden la "marca" del partido a candidatos municipales durante las elecciones. Estos candidatos construyen y mantienen la organización partidaria en su municipio, pero esta relación a menudo termina después de las elecciones. Los partidos guatemaltecos tienden a mantener una organización mínima, cumpliendo solo con los requisitos legales de 50 municipios y 12 departamentos para tener una organización nacional. Esto se debe a la necesidad de controlar las candidaturas en lugares donde no hay una organización formal.
En resumen, los partidos políticos en Guatemala operan en un sistema "franquicia" donde la estructura es principalmente orientada hacia las elecciones y los líderes locales tienen un papel importante. La legislación electoral actual ha permitido que esta estructura persista, lo que plantea desafíos para la institucionalización de los partidos políticos en el país.